Levántate alegremente
Reflexiones y meditaciones en la Palabra de Dios para mantener la alegría de vivir y no dejar que la depresión nos domine
viernes, 21 de marzo de 2014
sábado, 5 de octubre de 2013
SALMO 94
Estos hermosos versículos han sido de gran bendición a mi vida, espero también a ti te fortalezcan:
19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma.
Tus consolaciones alegraban mi alma.
20 ¿Se juntará contigo el trono de iniquidades
Que hace agravio bajo forma de ley?
Que hace agravio bajo forma de ley?
21 Se juntan contra la vida del justo,
Y condenan la sangre inocente.
Y condenan la sangre inocente.
22 Mas Jehová me ha sido por refugio,
Y mi Dios por roca de mi confianza.
Y mi Dios por roca de mi confianza.
23 Y él hará volver sobre ellos su iniquidad,
Y los destruirá en su propia maldad;
Los destruirá Jehová nuestro Dios.
Y los destruirá en su propia maldad;
Los destruirá Jehová nuestro Dios.
LA ORACIÓN
Lucas 21:36
La oración es la manera en que nos comunicamos con Dios. Debemos
ser sensibles a las respuestas de Dios, no solo poner nuestras peticiones, sino
acostumbrarnos a esperar la respuesta de Dios o sus instrucciones.
Leer Jeremías 29:11-14
Dios quiere hacernos bien y quiere responder a nuestras
peticiones, para ello tenemos que pasar tiempo y tener el deseo de encontrarnos
con Él, por ello debemos de ser íntegros.
George Muller, pasó muchas horas de rodillas, poniendo sus
peticiones delante de Dios, llegó a atender ochocientos niños huérfanos y más
de 30 misioneros y los recursos materiales que necesitaba llegaron siempre ,
sin tener que ir a pedirle el dinero a nadie.
Leer Juan 14.23 Es muy
importante que guardemos la Palabra de Dios, es decir que conozcamos la Biblia
y respetemos obedeciendo SU palabra. Él
dice que nos va a responder, por eso, esperemos la respuesta.
Leer Jeremías 33:3 Indica
que el responderá a nuestro clamor, acostumbrémonos a esperar la respuesta de
Dios, porque eso va a fortalecer mi fe, mantengámonos alerta, esperando por SU
respuesta.
Dios pone en nosotros el deseo de orar y abre camino en lo que
quiere que hagamos, pero debemos de ser congruentes; hacer lo que Dios quiere
que hagamos y no lo que nosotros queremos hacer, recordemos que nuestros
caminos no son sus caminos, Él tiene su manera de hacer las cosas (Isaías 55:8) y nosotros debemos adecuarnos a Él y no
al revés.
El modelo de oración que nos enseña el Señor Jesucristo no debe
ser repetido hasta el cansancio sino completado con nuestra propia
experiencia, es decir cuando decimos “santificado sea tu nombre” nosotros podemos mencionar los nombres de nuestro Dios,
recordando así que es lento para la ira, que es príncipe de paz, que es nuestro
Padre Eterno, y de esta manera ir
dándole un sentido particular a lo que implica la frase “santificado sea
tu nombre”.
Leer Juan 8:15, Dios debe tener un espacio en tu vida y permitir
que sea Él quien dirija tu conducta porque ya tiene una estrategia y ésta la
conoceremos en nuestros tiempos de oración.
Leer Romanos 8:26, a veces no sabes cómo debes de pedir, pero el
Espíritu de Dios si sabe, el Espíritu Santo está aquí para ayudarnos, sino
sabemos cómo pedir las cosas como conviene el Espíritu Santo nos ayudará
siempre, oremos manteniendo una conducta humilde y sincera delante de Dios pues
nunca rechazará al humilde (Is. 62:2).
Leer Salmo 34:4, cuando lo buscamos sinceramente Él nos responde,
aunque no siempre va a responder como nosotros queremos, pues es soberano y
conoce el plan completo que es mejor para nosotros. Juan 11: 1-6.
Tarea : Orar por uno de sus compañeros de grupo, durante
toda la semana, pedirle a Dios que se fortalezca el carácter de Cristo.
Escribir el padrenuestro e irlo adecuando a mi situación.
miércoles, 11 de julio de 2012
LA GRATITUD
2 Reyes 5: 1-11
Son muchas las cosas
que pueden apartarnos de seguir a Dios y ver en nuestras vidas reflejado su
Poder y Su amor, son muchas las razones que pueden hacernos perder nuestro
primer amor: esa relación profunda y constante con Dios que nos activa e
impulsa a continuar, por eso, me gusta
oír la historia de Naamán, el leproso.
Naamán no pertenecía
al pueblo judío, es decir, que para los tiempos del Antiguo Testamento, él era
considerado un “impío” un extranjero, alguien que no conocía al Dios,
verdadero, para quien no hay nada imposible.
Y sin embargo….
Cuando Naamán oyó por
la boca de una muchachita que servía en su casa, de un profeta que sí conocía a
Dios y que por esa relación con Él podía sanarle de su lepra, se preparó para
recibir su restauración…¿por qué digo que se preparó? Porque llevó regalos para
el profeta, no fue con las manos vacías a la tierra de Eliseo, creyó que podía
ser sanado, y su fe le alcanzó para su sanidad y aún para ser nombrado por nuestro Señor Jesucristo.
En su camino a recibir la sanidad, encontró muchos
tropiezos, pero el perseveró, decidió creer y tuvo que dejar caer muchas capas
de orgullo para que pudiera verse su carácter. Este hombre fue un gran líder, a
quien Dios concedió grandeza y salud y
hasta el día de hoy su historia nos recuerda que no siempre Dios va a hacer las
cosas como nosotros esperamos, pero que sin lugar a dudas, la fe es
imprescindible para recibir lo que Dios nos ha prometido.
Naamán creyó desde el
primer momento que recibiría sanidad y pensó en agradecer por esa restauración,
él se preparó y llevó muchos regalos y creo que fue esa actitud; ese corazón
agradecido lo que le permitió recibir su sanidad. Mantuvo su confianza desde que decidió ir a buscar su rehabilitación
llevando todos esos regalos, y la
respuesta de nuestro Dios ya estaba esperándolo.
No dejemos que el
rencor, el dolor, o los ires y venires de estos tiempos nos impidan tener un
corazón agradecido, que cuando Dios nos vea lo primero que brille delante
de Sus ojos sea nuestra gratitud, porque
todo lo bueno que tenemos en nuestra vida viene de Él y preparémonos como lo
hizo este general. No olvidemos que Él nos ama y quiere lo mejor para nosotros.
Susana Lamada
viernes, 6 de julio de 2012
Escucha a Dios
¿Alguna vez te habrás sentido así? Sin saber que
hacer; enfrentándote a dificultades tan
enormes que piensas que no podrás salir nunca de ahí, no hay una solución, no hay respuestas y estás
en el centro de la desesperación.
Job es uno de
los personajes bíblicos más formativos, porque nadie mejor que él para mostrar
lo que es llegar a esa situación: de la noche a la mañana lo pierde todo, los
hijos que amaba, su casa, su bienestar y no quiero pensar como me pondría si me
pasará algo así. Las cosas llegan a tal punto que aún sus amigos que venían a
consolarle comienzan a insinuar supuestas causas para que tal desolación viniera sobre él,
seguramente Job debe haber llegado al punto de una total desesperación y es ahí donde podemos encontrar una actitud
que nos permite permanecer de pie y no
derrumbarnos:
“Escucha esto
Job: Detente y considera las maravillas de Dios.” (Job 37:14)
Es entonces que él comienza a enfocarse ya no en su
angustia o en su dolor, sino en la grandeza y poderío de Dios, de nuestro Dios.
Tal vez, debemos aprender a hacer lo mismo: enfocarnos
en la majestad y poderío de Dios y
entonces dejar de centrarnos en nuestra desesperación para voltear a ver al
único que puede rescatarnos, igual que lo hizo con Job:
“¿Has mandado tu a la mañana en tus días?” (Job 38:
12) Para cuando le preguntan esto Job ya
no pensaba más en su vacío, ni en su dolor, Job está pensando en la grandeza de
Dios, en su poder inmensurable, en su sabiduría sin límites, está totalmente
centrado en Dios; tal vez dándose cuenta de lo poco que sabe.
Estamos rodeados de la grandeza y plenitud del
Todopoderoso, y a veces, ni siquiera nos tomamos un momento para reconocer la
belleza profunda que hay en un amanecer, la dulce paz que acompaña a la mañana que comienza.
Puede ser, que
no sea sólo una noche de angustia, tal vez estás pasando por una temporada
difícil, que quizá ha durado más tiempo del que esperabas, quizás años. No
pierdas de vista a Dios, mantén los pensamientos fijos en Su grandeza, en Su
poder, en Su maravillosa misericordia en Su inigualable amor, porque esa
temporada pasara, el invierno no dura para siempre, ¿qué hay imposible para
Dios? Ante los ojos de Él ¿de que tamaño será tu problema?
Tenemos un Dios maravilloso, que nos ama y que
ciertamente está a nuestro favor, cuando te encuentres en medio del invierno,
acuérdate de todas las cosas
maravillosas que ha hecho Dios en tu vida. Créele a Dios y no dejes de recordar
todo lo bueno que te ha dado. Ten la certeza
de que pasará y El estará a tu lado. Detén esos pensamientos depresivos
y ponte a pensar en lo poderoso que es nuestro Dios, tenemos un Dios que se
hizo hombre y camino en esta tierra, su sangre se derramó en una cruz y fue
coronado de espinas para que tu y yo, tuviéramos, por esa sangre derramada de
Jesucristo, la oportunidad de acercarnos a Dios y saber que nos ama.
“De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven “
(Job, 42: 5) acércate a El, confía en Su amor y no olvides nunca lo poderoso
que es.
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